MADRID (eterna huida y retorno)

Previsiones paisajísticas, sinopsis mágica, tintineo de veletas que con la brisa, acercan sonrisas árticas. Corazón estático, estético trote de venas, nonagésima lucidez que sabe ácida entre sus piernas (su humo ya envenena). Estomago con banda sonora, el tambor de una lavadora. 

Planeando la fuga, la simpleza supura prisa en busca de la belleza, porque el alma me cura.

Es hora de partir otra vez. 

    

     (Aquí todo es gris y estático, como un grito tétrico, un hermético llanto.

      Un secreto: aquí las luces del día se encienden y se apagan sin ninguna melodía.

      Eso me asusta. Todo parece acartonado. Aquí la vida te mira de reojo y pasa medio de lado.

      Y las personas empalidecen por la mañana cuando salen de  la cama.

      No quiero ser pájaro de esta rama. Me aturde este aire viciado, de árboles muertos,

      con sus pies hormigonados, como tumbas de cemento)...

...Eso sí, en cada beso recuerdo por qué regreso y ningún abrazo lo reemplazo. Pero en el momento que veo el vaso medio vacío, es que entre los abrazos me abrazó también el hastío.

Abro la puerta y entre toda mi basura algo se desfigura.

Miro hacia afuera, contemplo cómo Madrid agoniza en cada acera.

Y allí a lo lejos regreso. Porque es el sol de las fronteras, el que dora siempre mi piel en su eterna primavera. Previsiones paisajísticas, sinopsis mágica...